
Por Héctor Gómez Kabariq
En todos los rincones de Colombia, cada vez que se inaugura una obra pública ponen incrustadas placas metálicas de “gratitud perenne” a los alcaldes, concejales, gobernadores, diputados, secretarios, congresistas, ministros y presidentes que estuvieron ejerciendo sus cargos durante el lapso de la construcción.
Esa es una soberana vagabundería. ¿Agradecerles por qué?. Construir esas obras es una obligación. Las obras públicas se construyen con el dinero que pagamos todos los ciudadanos a través de los más variados impuestos. Impuestos de valorización, predial, a la gasolina, de vehículos, peajes, industria y comercio, Iva, retenciones, sobretasas, etc.
Cuando el gobierno construye una obra no nos está haciendo ningún favor especial. Simplemente está invirtiendo la plata que nosotros hemos pagado en impuestos. Ese dinero es nuestro y no de los funcionarios y contratistas que figuran en las placas. Los funcionarios deben darse por muy bien servidos con los elevados sueldos que se les pagan y que también salen de nuestros impuestos.
Y es bien sabido que en todos los rincones de Colombia en las obras públicas hay corrupción. Pago de comisiones a los funcionarios que adjudican, sobrecostos, incumplimiento en los tiempos de obra, mordidas a diestra y siniestra, chanchullos al por mayor, torcidos de todo tamaño, etc.
Para no hablar de las obras que quedan mal construidas, (la mayoría), en las cuales después hay que invertir otras millonadas para su reparación.
Por eso es que en el sector público una obra cuyo costo real es de un mil millones de pesos, termina costando cuatro mil o cinco mil millones de pesos. Es decir, lo que se roban es mucho más de lo que invierten.
Cuando en Colombia inauguran una obra pública, lo único que queda claro es que si bien los funcionarios robaron, no se la robaron toda. Por vergüenza destinaron una parte de nuestros impuestos para atender las necesidades de la comunidad.
Entonces esa sería la única razón de las “placas de gratitud perenne”. Decirles que gracias por haber robado pero dejando “alguito” para la vía, para el puente, para el acueducto, para las casitas de interés social, para el intercambiador, para el puesto de salud, para la escuela, etc.
Mejor dicho, gracias por ser unos corruptos “generosos”.
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