Por Héctor Gómez Kabariq
Los derechos de un ciudadano van hasta donde empiezan los derechos de los demás ciudadanos. No existen derechos absolutos y nadie puede pisotear los derechos de los demás, alegando los suyos. Mucho menos cuando se trata del derecho a la vida.
En la pandemia generada por el covid19, si bien es cierto que la vacunación no debe ser obligatoria, no es menos cierto que quienes no se vacunen no tienen el derecho de contagiar a los demás.
Se trata de un virus que se transmite fácilmente con la conversación, con la respiración, con la cercanía con las demás personas. Lo cual quiere decir que una persona sana puede ser contagiada por un portador del virus en el transporte público, en los restaurantes, en los cines, en los estadios, en los centros educativos, en las iglesias, en los centros comerciales, etc.
Lo ideal sería que quienes no se hagan vacunar ni siquiera pudieran salir a las calles. Pero, al no ser ello posible, lo más conducente es que quien no se haga vacunar y no porte el correspondiente carné, no tenga acceso a esos lugares públicos. Máxime cuando las vacunas son gratuitas, son suficientes, y cuando son falsos los efectos adversos que los autodenominados negacionistas quieren esgrimir.
Acá no se trata simplemente de que quien no se haga vacunar está en libertad de jugar con su propia vida. No. Acá ocurre que quien no se haga vacunar está poniendo en peligro la vida de los demás.
En numerosos países del mundo, a manera de ejemplo, no permiten el ingreso de personas que no se hagan vacunar contra la fiebre amarilla; en miles de colegios no admiten a niños que no tengan el cuadro de la vacunación infantil; y así se pueden citar otros casos de discriminación a quienes no cumplan con el requisito de las vacunas. Y ello no significa que estén violando los derechos de un ciudadano. Significa que están protegiendo el derecho a la vida de los demás ciudadanos.
El gobierno debe tomar decisiones en favor de las mayorías para protegerlas del capricho de una minoría negacionista, irresponsable y estúpida. Que a quien no se haga vacunar ni porte el carné de vacunación contra el covid, no se le permita el acceso a lugares de riesgo de contagio como el transporte público, restaurantes, bares, discotecas, cines, estadios, universidades, centros comerciales, iglesias, etc.
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