La decisión que anunció esta semana el partido de las FARC de sumarse a la coalición que pretende escoger como candidato presidencial para el 2022 a Gustavo Petro, podría significar la sepultura política para este aspirante a suceder a Iván Duque en el primer empleo público del país.

La determinación fue anunciada por los jefes del partido y exguerrilleros de las FARC, ahora llamado partido de los Comunes, Rodrigo Londoño, Sandra Ramírez, Rodrigo Granda, Carlos Antonio Lozada y Pastor Alape, entre otros.

El partido de las FARC, antes que sumar, le restaría votos a Petro.

La favorabilidad del partido de las FARC es la más baja en todas las encuestas que se vienen haciendo de cara a los comicios del 2022. En algunas encuestas ni siquiera alcanza el uno por ciento. En cambio la desfavorabilidad alcanza cerca del 95 por ciento. Y si bien hoy las FARC tienen 10 curules en el Congreso de la República, no hay que olvidar que esas curules no fueron ganadas en las urnas sino que las adquirieron por derecho propio producto de los acuerdos de paz de la Habana.

En los comicios del 2018, las listas de las FARC obtuvieron apenas 52 mil votos, equivalentes al 0.3 del total de la votación que fue de 18 millones de votos para el Congreso. Con esos 52 mil votos no habrían elegido ni un senador.

PROBLEMA PARA PETRO

Antes que mejorar su situación política, esta adhesión del partido de las FARC se convierte en un verdadero problema para el candidato.

Petro no puede rechazar el apoyo de las FARC pues su candidatura es de izquierda y él proviene de otro grupo guerrillero que fue afín a las FARC : el M-19. Pero la presencia de las FARC en su coalición será un obstáculo para su campaña electoral. Y eso lo tiene bien claro el candidato.

Así las cosas, el anuncio que hizo el partido de las FARC de apoyar a Petro, paradójicamente, habrá de favorecer las aspiraciones de los candidatos de centro y de derecha.

Las FARC alejarán a quienes sin ser seguidores de Petro tienen alguna afinidad o simpatía por este candidato pero no por el partido de las FARC. Es decir, este apoyo podría convertirse en un “abrazo del oso”. Muy cálido pero fatal.

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