Por Héctor Gómez Kabariq
Zapatoca, conocida como “la ciudad del clima de seda” o “la ciudad levítica de Colombia”, ha registrado importantes y positivas transformaciones en el presente siglo, que la ubican hoy como un apetecido destino para el turismo y para quienes ven en ella un lugar adecuado para residir en forma definitiva.
Habitado inicialmente por indígenas guanes, dominado luego por españoles e industrializado posteriormente por algunos aventureros alemanes, este municipio santandereano está ubicado a 60 kilómetros de Bucaramanga, ciudad con la cual se comunica por una aceptable carretera que atraviesa en buena parte el cañón del río Sogamoso. En las afueras del municipio está el aeropuerto Guillermo Gómez Ortíz, usado por vuelos comerciales hasta los años 80, hoy por vuelos ocasionales y por aficionados a elevar cometas.
Según el DANE, cuenta con 9 mil habitantes, 6 mil de ellos en la zona urbana y los restantes 3 mil en las zonas rurales. Consta de 14 carreras y 25 calles y unos quince barrios. Está ubicada en la parte media de Santander, a 1.730 metros sobre el nivel del mar, tiene 360 kilómetros cuadrados y su clima promedio es de 19 grados centígrados
La mayor parte del siglo pasado sus pobladores vivieron de la explotación de las minas de yeso, la mediana agricultura, la pequeña ganadería, la fabricación de cigarros y la atención a los casi tres mil estudiantes, muchos de ellos internos provenientes de distintas regiones del país, albergados en los colegios del pueblo.
Hoy su economía depende del turismo atraído por el clima; los paisajes; la tranquilidad; la seguridad; los buenos hoteles y restaurantes; la gastronomía; sitios icónicos como el mirador Guane, la cueva del Nitro, las cascadas de la Lajita, el pozo del Ahogado, los caminos de Lengerke, el histórico Camposanto, sus calles rectas y anchas; los postes y medidores de la energía pintados con óleos y acuarelas; los frentes de las casas adornados con floridas materas; y sobre todo por la amabilidad y cordialidad de sus habitantes.
El empleo hoy se basa en el turismo, el comercio, labores agrícolas y la industria de la construcción.
En su zona urbana, este municipio fundado el 13 de octubre de 1743 por Francisco Basilio de Benavides, posee 8 templos católicos, (la parroquia de San Joaquín, y las iglesias de San Bernardo, San Antonio, San Vicentico, Santa Bárbara, del Sagrado Corazón, la del cementerio y la de la Merced en el hospital); 4 sedes de congregaciones no católicas; 4 parques; 8 droguerías; 4 emisoras de radio; 12 hoteles; 15 restaurantes; una confortable casa de mercado; unas 30 tiendas y varios supermercados.
Tiene tres singulares museos : el de Don Quijote, el Precolombino y el Religioso.
El único hospital del pueblo, llamado la Merced, operado por la IPS Gestionar Bienestar, presta un muy buen servicio a propios y visitantes y a moradores de pueblos vecinos.
Contrario a lo que ocurre en otros municipios turísticos, en Zapatoca no existen salas de cine, ni discotecas, ni burdeles, ni bares, ni prostíbulos, ni moteles. A partir de las 9 de la noche, el silencio y la soledad reinan en sus calles.
Sus pacientes habitantes están hoy a la espera de que el gobierno de Santander cumpla las promesas de arreglar las condiciones de la vía hacia Bucaramanga y de pavimentar la pésima carretera hacia Barichara pasando por la Fuente y Galán. Estas dos obras aumentarían el atractivo para los visitantes y mejorarían las condiciones de vida de sus residentes.
Zapatoca hoy es un importante polo turístico de Santander y una clara demostración de la pujanza, la honradez y la laboriosidad de sus pobladores.
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