
Por Héctor Gómez Kabariq
Durante cinco años, (1978 a 1982), la cadena radial RCN me envió a cubrir el Reinado Nacional de Belleza de Cartagena en calidad de coordinador de las transmisiones. Mi base era Bucaramanga donde dirigía el noticiero regional de Santander.
Además de nosotros, periodistas y locutores, también cada año participaban en esas transmisiones figuras del momento en el mundo del espectáculo buscando atraer al mayor número posible de oyentes.
Fueron muchos los episodios alegres, tristes, “piedreros” y simpáticos que vivimos detrás de los micrófonos. No era fácil la integración inmediata de quienes participábamos en las transmisiones. Algunos nos veíamos por primera vez en la vida; distintas costumbres, diferentes estilos y temperamentos disímiles. Pero todos nos adaptábamos a las circunstancias y jamás discutíamos.
He aquí un par de episodios de los tantos que vivimos en esa época mientras cubríamos el que entonces era el atractivo farandulesco de mayor interés para los colombianos.
PACHECO QUEMADO
En uno de esos cinco años, la figura de las transmisiones fue Fernando González Pacheco, el popular animador de toda clase de programas en televisión. Por cierto que durante toda la semana del reinado él y yo tuvimos que compartir habitación en el hotel Caribe, (que entonces era llamado “el hotel de las reinas” dado que allí se alojaban las candidatas), pues los encargados de la logística habían hecho tarde las reservaciones y ya no había posibilidad de que ocupáramos piezas independientes.
La tarde que debíamos transmitir el desfile de carrozas, Pacheco tenía la opción de escoger entre narrar desde un helicóptero, desde puesto fijo o desde un transmóvil. Me dijo que lo ubicara en este último y que quería ir en la escotilla. Así lo hice.

Todo iba bien hasta cuando en mitad de la transmisión, unas dos horas después de iniciada, un desadaptado se subió al transmóvil por la parte de atrás y le echó a Pacheco, dentro de su camiseta amarilla, un “buscapiés” o cohete de pólvora encendido. Pacheco sufrió quemaduras en la espalda que requirieron la presencia de un médico y de una enfermera.
“Son unos hijueputas… yo por aquí no vuelvo”, me dijo. Y me pidió que a partir de ese momento, para las transmisiones de los días restantes, lo ubicara en la cabina dentro de la emisora, que estaba localizada a un costado de la plaza de Bolívar.
Ya repuesto, en broma, me decía “… Héctor el polvorero…”.
ALVARO RUÍZ Y LA COGIDA DE NALGAS
En otro de esos cinco años, la figura de la farándula contratada para las transmisiones fue Alvaro Ruíz, “el hombre feliz”, célebre actor, presentador y animador de la televisión.
Estábamos los dos una mañana en el aeropuerto de Crespo esperando la llegada del “vuelo real” proveniente de Bogotá a bordo del cual llegarían todas las candidatas. Íbamos a entrevistarlas.
Minutos antes del arribo de ese vuelo, llegó en otro avión Julio Iglesias, intérprete español que había sido contratado para que cantara en la noche de elección y coronación de la reina. Me dijo Alvaro Ruíz que “le dejara a él las candidatas” y que yo entrevistara al cantante español pues para él ese señor no era un cantante sino “un españolete equipo de sonido de dos piernas”.
Terminé de entrevistar al señor Iglesias y éste, dada la fama del actor colombiano, me preguntó que si ese “tipo” era el señor Ruíz, que se lo presentara. Así lo hice. En el saludo, Iglesias abrazó a Ruíz y de paso le palmoteó las nalgas.
Después de responder con cordialidad al saludo y cuando ya Iglesias se había marchado, me dijo Alvaro : “Ahora sí nos jodimos. Hay que tener cuidado. Además de equipo de sonido, el españolete resultó marica”. No se volvieron a ver durante ese reinado.

DE BOHEMIA CON DON EFRAÍN Y DON JORGE
En otro de esos cinco años, además de las figuras de la farándula, RCN desplazó al cubrimiento del reinado al escritor bogotano Efraín Arce Aragón, (guionista, actor, escritor y libretista de telenovelas), y al poeta antioqueño Jorge Robledo Ortiz, (poeta, diplomático, declamador, llamado “el poeta de la raza”). El primero tenía como misión escribir prosas literarias sobre las regiones que representaban las candidatas y el segundo debía componer poemas sobre la belleza de cada una de ellas.
Tuvimos que compartir los tres una suite del hotel Capilla del Mar, otra vez por mora de los encargados de la logística. Y entre ambos me volvieron bohemio.
Cada noche o cada madrugada, cuando terminábamos las transmisiones, primero en el bar del hotel si estaba abierto y luego en la suite, el aguardientico era nuestro fiel compañero. Ellos declamando y contando chistes y yo embobado mirándolos y aplaudiéndolos.
En la jornada siguiente, los tres transmitíamos desde los estudios de la emisora porque el guayabo no nos dejaba darle la cara al sol. Y así los siete días del reinado.
El último día de la semana, ya elegida la reina y cuando ya no teníamos que trabajar, por fin pudimos ir a la playa frente al hotel. El poeta Robledo se adentró algunos metros en el mar, quizá más de lo debido, y empezó a chapalear pidiendo auxilio. Me dijo don Efraín : “Vamos rápido ‘zapatoca’ si no la raza se queda sin poeta”. Cuando lo auxiliamos, dijo el poeta Robledo : “Les mamé gallo… siempre fue que los asusté un poquito”.
EL REGAÑO DE RAQUEL ÉRCOLE
La famosa y excelente actriz de cine y televisión Raquel Ércole fue la figura invitada en otro de esos cinco años.
