Por Héctor Gómez Kabariq
Fue un hombre combativo, aguerrido, fiel a su partido liberal, médico que la mayoría de las veces no cobraba la consulta, buen amigo, víctima como nadie de la guerrilla, vilipendiado por sus malquerientes pero muy querido por quienes recibieron beneficios derivados de su trabajo político; y al mismo tiempo que tenía buen humor, también tenía un carácter fuerte.
Norberto Morales Ballesteros frisaba los 84 años de edad cuando en las últimas horas falleció en una clínica de Bucaramanga aquejado por problemas estomacales agravados por otras dolencias que venía padeciendo desde semanas atrás.
EL MÉDICO
Conocí a Norberto Morales hace unos 55 años cuando él ejercía sus primeros años de medicina en Puerto Wilches donde mi hermano mayor, Francisco, era rector del colegio oficial de ese municipio. De ahí en adelante no le perdí la pista y pude ser no solo su amigo sino además testigo de su trasegar por la medicina, la política y el periodismo.
Tras un par de años en Puerto Wilches, en Bucaramanga montó su propio centro médico en un destacado lugar de la ciudad. Si bien vivía de la medicina, muchas veces no cobraba las consultas y hasta llegaba a donar medicinas a quienes no tenían cómo comprarlas.
En corto tiempo resolvió incursionar en la política partidista dentro del partido Liberal, aun cuando nunca dejó a un lado el ejercicio eventual de la medicina. Durante sus últimos años, ya en las mesas de tertulia, era consultado por sus amigos sobre diferentes enfermedades, para las cuales siempre ofrecía algún diagnóstico, remedio o tratamiento.
VÍCTIMA DE LA GUERRILLA
Su padre, don Norberto Morales Moreno, fue secuestrado por el ELN en 1971 en el municipio de San Pablo, sur del departamento de Bolívar; él fue secuestrado al sur del departamento del Cesar por el EPL en 1992, (permaneció 80 días en poder de sus captores); en 1997 fueron secuestrados también por la guerrilla sus hijos Constanza y Juan Carlos; y no hace muchos años fue secuestrado un nieto suyo.
Huyendo de la persecución de los subversivos, Norberto logró asilo político en los Estados Unidos donde apenas residió un par de años pues la nostalgia lo hizo regresar a Santander.
EL POLÍTICO
Por allá en la década del setenta, cuando la Alianza Nacional Popular –ANAPO- llegó a mandar en Bucaramanga imponiendo mayorías en el Concejo Municipal, Norberto Morales fue elegido a esa corporación por el partido liberal. Y fue el más vehemente opositor de los anapistas y el más férreo defensor de los principios liberales y democráticos.
A pesar de hacer parte de las minorías, fue elegido Presidente del Concejo Municipal, plataforma que le sirvió para su lanzamiento a las esferas nacionales de la política.
