Por Héctor Gómez Kabariq
A partir de hoy empecé a emitir una columna diaria de análisis y de opinión en el programa «Únicamente la Verdad» del periodista Juan Manuel González a través de su emisora Onda 5 de Bucaramanga en el horario de 6 a 8 de la mañana. La siguiente fue la nota de hoy :
Buen día Juan Manuel. Gracias y cordial saludo desde mi bella Zapatoca. Es un placer y un privilegio estar en su muy agradable programa, el programa de mayor sintonía y mayor credibilidad en el oriente del país.
Permítame Juan Manuel dar inicio hoy a estas intervenciones con la tragedia que vive el planeta, el de la pandemia del coronavirus, pero desde un ángulo poco tocado : el de la responsabilidad, sus consecuencias y su incidencia en Santander.
Nunca se nos podrá olvidar que, tal como lo afirman científicos británicos y alemanes y como lo ha dicho el gobierno de los Estados Unidos, el virus covid 19 fue creado por los chinos en un laboratorio. Y los virus no se crean para beneficiar a la humanidad sino para hacerle daño y para que los laboratorios se multienriquezcan con la creación de las vacunas. Este virus no apareció por obra y gracia del espíritu santo, ni por generación espontánea, ni fue engendrado por la naturaleza. No. Esto es más grave que lo que hizo el estadounidense Oppenheimer al crear la bomba atómica, que en Hiroshima y Nagasaki mató a 240 mil personas en 1945. Hoy el covid 19 ya ha matado a más de un millón de personas, y la cuenta sigue.
Todo indica que el covid 19 salió de un laboratorio en la ciudad china de Whan, ciudad de 11 millones de habitantes, capital de la provincia de Hubei. Y no es la primera vez. Recordemos que otras epidemias mortales también han salido de China para el resto del mundo como la gripe asiática, la gripe de Hong Kong, la gripe aviar o el Síndrome Respiratorio Agudo Severo, conocido como SARS.
La viróloga hongkonesa Limen Yan, apoyada por otros tres científicos, presentó un informe con las pruebas que demuestran que el Covid-19 salió de un laboratorio chino. Sus datos fueron publicados en la revista científica Zenodo y están avalados por la Sociedad del Estado de Derecho de los Estados Unidos.
Y eso debe tener unas consecuencias. China debe pagar. No puede, como decimos en el barrio, pasar otra vez de agache. Hay que cobrarles pero no con la misma moneda. La factura debe ser comercial y a tres bandas, como decimos en el billar.
Primera banda : no comprar más productos chinos así lleguen por vía legal o de contrabando. Pueden ser más baratos como el calzado, las confecciones, los carros y algunas chucherías. Es que, además de su discutible calidad, al comprarlos le estamos haciendo un favor a los creadores del virus que nos está arruinando y que nos está matando. Es tanto como si un inocente condenado a muerte le diera una propina al verdugo que lo va a decapitar. Dirán algunos que a los chinos no les importa pues eso será como quitarle un pelo a un gato. Pero hay que empezar por algo. De pronto llega el día en que será como quitarle un pelo a un calvo. No existen imperios eternos, pregúntenle a Roma.
Segunda banda : Al dejar de comprar productos chinos, estaremos apoyando a nuestros empresarios y en el caso particular de Santander, a nuestros empresarios del calzado y de las confecciones, entre otros, que están quebrados por culpa del virus chino.
Y tercera banda Juan Manuel : Al no comprar productos chinos, estaremos ayudando a la recuperación del empleo para millones de colombianos, entre ellos miles y miles de santandereanos, que han quedado en el asfalto por culpa del virus chino. Gente que ha aguantado hambre, que no tiene cómo llevar el pan a su familia ni cómo pagar un servicio público. Gente que además de la enfermedad y del riesgo cierto de morir, tiene ante sí un futuro muy crítico en materia laboral.
Ojalá este sea un propósito, como en el drama teatral del español Lope de Vega, Fuente Ovejuna = todos a una.
No más productos chinos en los hogares colombianos, y de manera regional, no más productos chinos en los hogares santandereanos.
Es todo por ahora Juan Manuel desde la ciudad del clima de seda. Algo extenso hoy pero ya iremos abreviando. Gracias hermano y que tenga buen día.
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