Lo más grave que nos puede pasar en este país lleno de problemas es que perdamos totalmente la confianza en la justicia.
VÍCTOR RAÚL CASTILLO MANTILLA
Por Víctor Raúl Castillo
No pretendo entrar a valorar jurídicamente la decisión del fiscal Gabriel Jaimes, líder en el caso del expresidente y exsenador Álvaro Uribe Vélez, quien es investigado por la Fiscalía luego de haber renunciado a su curul en el Senado y perder el fuero constitucional.
La información conocida sobre la solicitud de audiencia de preclusión por parte del fiscal actualmente a cargo del proceso contradice la acusación proferida por la Corte Suprema de Justicia, que entre otras cosas lo privó de la libertad por la denuncia de manipulación de testigos.
Esta audiencia está para alquilar balcón. Sería muy bueno para el país que acudieran a la misma los magistrados que acusaron al expresidente Uribe y sustentaran lo fallado en su momento. Esta es la única forma que nos permitirá a los colombianos conocer toda la verdad. No podemos tener una justicia a medias o sesgada hacia un solo lado. Independiente de la orientación que tengan quienes ejercen la justicia, sus fallos y decisiones deben ser absolutamente imparciales.
Si el fiscal Jaimes tiene la razón, debe demostrarlo con contundencia. Lo más grave que nos puede pasar en este país lleno de problemas es que perdamos totalmente la confianza en la justicia, especialmente en las cortes, sobre las cuales ya de por sí hay un manto de duda por corrupción, con acusaciones de creación de carteles como el llamado de la toga, que tiene a varios exmagistrados privados de la libertad y a otros fugados para evitar ser enjuiciados.
El desafortunado deterioro de la justicia se inició con el holocausto del Palacio de Justicia, en el que las cortes fueron asesinadas en un 70% por una macabra alianza del M19 con el narcotráfico, en cabeza de Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, quienes elaboraron y ejecutaron este plan con el objetivo de desaparecer los expedientes judiciales de los narcotraficantes en proceso de extradición, suceso a todas luces totalmente ilógico.
Adicionalmente, apareció recientemente el famoso hacker Andrés Sepúlveda acusando a la Fiscalía de Eduardo Montealegre de haberlo presionado y haber manipulado pruebas para enlodarlo y crear un caso para perjudicar la campaña presidencial de Óscar Iván Zuluaga, candidato del expresidente Uribe en las elecciones del 2014. Grave denuncia que debe ser investigada a profundidad y que de alguna forma es parte de todo este embrollo en el que está metido el país.
Colombia necesita claridad en la justicia y seguramente debe hacerse un gran pacto nacional para reformarla. Después de más de seis intentos del Congreso en los últimos años no se ha logrado porque la misma justicia se protege.