Puede que en otras ciudades el experimento haya sido un éxito, pero aquí no. Y puede que sobre el papel se reconozcan las bondades de este medio de transporte, pero eso aquí no ha funcionado, al lo menos por ahora.

Por Miguel Ángel Pedraza

Esta semana se anunció por parte de la administración municipal el diseño de más ciclorrutas, indicando que se diseñarán unos “bicicarriles emergentes” como plan piloto para después construir 15 kilómetros más de ciclorrutas en la ciudad.

Parece increíble, pero es cierto. Eso pretende hacer el gobierno local o esos son sus anuncios, a pesar del rotundo fracaso del sistema de ciclovías en la urbe. Para nadie es un secreto que las ciclorrutas no han servido de manera eficiente ni siquiera para incentivar el uso de la bicicleta. Han servido, por el contrario, para el tránsito de motocicletas y sombrillas ambulantes, para pasear bebés en sus coches e incluso para el estacionamiento ilegal de conductores incultos e infractores.

Tampoco es un secreto que los bicicarriles existentes fueron mal diseñados y que algunos tramos son ilegales, como los construidos por la calzada izquierda, contraviniendo las normas del plan de ordenamiento territorial municipal. Así lo han hecho saber estudios de expertos y también eso está plasmado en un concepto de la Procuraduría General de la Nación.

El problema grave es que por las ciclorrutas transitan muy pocos ciclistas, el tráfico de biciusuarios es mínimo, en algunas rutas es nulo y eso ha conducido a su frustración como sistema de transporte en la ciudad. Desconocer esa realidad por parte de la administración local es negarse a aceptar un fracaso, y eso, de manera innegable, va a agravar el problema.

Y ni hablar del deterioro, descuido y pésimo mantenimiento de los bicicarriles. O de su confusa señalización. En fin, todos esos detalles que han provocado su propio rechazo en la ciudadanía.

Puede que en otras ciudades el experimento haya sido un éxito, pero aquí no. Y puede que sobre el papel se reconozcan las bondades de la bicicleta como medio de transporte que beneficia al medio ambiente y genera una movilidad sostenible, pero eso aquí no ha funcionado, por lo menos por ahora.

Hay que aceptar la realidad. Más ciclorrutas en la ciudad no es una idea conveniente ni va a mejorar la movilidad, la va a empeorar, acuérdense. Ya el fracaso es bastante con las existentes. ¡De no creer!

APARTE: hubo poda en los separadores de la autopista y otras zonas. Eso está bien, pero hay que recoger la maleza.

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