El encierro, la luz artificial y exposición a pantallas produce los efectos contrarios al no estar el ojo diseñado para recibir la luz pasando directamente a la retina.

Por Jaime Forero Gómez

La tolerancia del ser humano a las ideas contrarias es nula. Los correos insultantes de algunos por la columna de “retorno a clases” fueron hasta risibles.

Los problemas oculares y deterioro de visión que están teniendo los niños tiene relación directa con la presencia continua de luces LED y las pantallas digitales, uno de los motivos más importantes para retornar a la presencialidad escolar.

El cerebro y ojos humanos no fueron diseñados para la vida moderna. Los niños y adultos nos estamos quejando de no ver de noche, vivir cansados y fatigados al leer pantallas digitales, necesitar anteojos a temprana edad y la pérdida de visión de lejos. Hasta ahora estamos entendiendo los efectos a corto y largo plazo que estas fuentes de luz tienen en nuestra visión y salud ocular; más grave aún, los efectos en la salud mental, conocimiento y sueño.

Un tercio de la luz visible se considera de alta potencia o luz “azul”, cuya principal fuente es la luz de los rayos del sol. Las fuentes artificiales de luz azul incluyen la fluorescente, LED, televisores de pantalla planas, monitores de computadores, teléfonos inteligentes y pantallas de tabletas.

La luz del sol proporciona muchos beneficios incluyendo regular el ritmo circadiano, aumenta la memoria, estado de alerta y mejora el estado de ánimo, aumenta niveles de vitamina D y mejora la visión de niños y adultos. El encierro, la luz artificial y exposición a pantallas produce los efectos contrarios al no estar el ojo diseñado para recibir la luz pasando directamente a la retina.

La luz azul en la retina produce el mismo efecto que la LUV en la piel, quemaduras. La exposición produce radicales libres, proceso llamado fotooxidación con daño retiniano. Curiosamente, el daño puede ser mayor después del atardecer y antes del amanecer. En esos horarios la luz altera ritmos naturales de sueño, impide producción de melatonina y afecta los ritmos cerebrales vitales en el equilibrio emocional que produce el descansar y dormir.

El mejor tratamiento es la prevención evitando tiempo prolongado en pantallas. No olvidar los carotenoides antioxidantes de verduras.

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