Una de las peores embarradas, de las tantas de su gobierno, acaba de cometer el alcalde de Bucaramanga Juan Carlos Cárdenas.
Esta vez se trata de la acusación que lanzó contra los asilos de Bucaramanga de estar cobrando mensualidades de la estampilla pro-anciano por abuelos ya fallecidos. Incluso, Cárdenas denunció el hecho ante la justicia penal acusando a los directivos de estos sitios dedicados al cuidado de ancianos pobres.
Los dineros provienen de un impuesto llamado “estampilla pro-anciano” que deben pagar todos los contratistas relacionados con la alcaldía de la ciudad. De ellos, la alcaldía solo paga seis mil pesos diarios para el cuidado, atención y alimentación de cada adulto mayor, de los 800 que permanecen internos en esas instituciones de caridad.
Entre otras cosas, en forma absurda Cárdenas eximió del pago de esa estampilla a amigos suyos a los que adjudicó contratos millonarios para el suministro de bienes durante la actual pandemia del coronavirus.
Ocurre que a la fecha, la alcaldía de Cárdenas adeuda a varios asilos de la ciudad los pagos correspondientes a los meses de noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo y abril pasados. Hoy, en los registros oficiales, aparecen fallecidos 16 ancianos que estaban relacionados en las cuentas de los asilos. Pero esas personas, estando en vida, fueron atendidas en los ancianatos y causaron costos de sostenimiento, alojamiento, atención y alimentación. Ejemplo : si un anciano hoy en el registro aparece que murió en febrero, fue atendido en noviembre, diciembre y enero cuando aún estaba vivo. Por esa razón, en las cuentas de cobro aparecen los nombres de esos 16 adultos mayores fallecidos. Si los pagos se hicieran en forma oportuna, no se presentarían estas confusiones de fechas.
Los asilos de Bucaramanga, en su mayoría, son atendidos por comunidades de monjas y son regentados por juntas directivas ad-honorem compuestas por destacados miembros de la sociedad bumanguesa de reconocida solvencia moral y económica.
La denuncia del alcalde Cárdenas ha merecido total rechazo en todos los sectores de Bucaramanga. Incluso el exsecretario de Desarrollo Social de la alcaldía Jorge Figueroa Clausen la calificó de “infame” y de «desconocimiento de lo público». Ese despacho, Desarrollo Social, es el encargado precisamente de vigilar y ordenar los pagos a los asilos de la ciudad.
El alcalde Juan Carlos Cárdenas debe pedir perdón a los ancianos, a los directivos de los asilos y a la comunidad en general.
——–