Por Héctor Gómez Kabariq
A pesar de ser uno de los departamentos más ricos del país en materia minera, el gobierno de Santander no dispone de elementos ni de mecanismos que se encarguen de apoyar y de vigilar este importante renglón de la economía.
Esta región del país posee en el páramo de Santurbán una de las mayores reservas de oro de América Latina; desde hace décadas los yacimientos de petróleo en el Magdalena Medio están abasteciendo buena parte del consumo nacional; existen minas de carbón en García Rovira, San Vicente, Cimitarra y Landázuri; en otras zonas del departamento existen minas de yeso, plata, cobre, plomo y manganeso; y hace ya largos años una compañía alemana descubrió yacimientos de uranio cerca a Zapatoca.
Sin embargo, la gobernación de Santander históricamente ha mirado con desdén la actividad de la minería. El gobierno departamental en su gabinete tiene 16 secretarías, entre ellas algunas de muy poca actividad como las de Vivienda, de la Mujer, la Competitividad y la Ambiental. Son sectores importantes, pero poco se sabe del trabajo que cumplen esas secretarías de la gobernación. Pareciera que no ofrecen ningún resultado efectivo. En cambio no existe ni siquiera una oficina asesora para asuntos mineros.
Si existiese en Santander una Secretaría Departamental de Minería tal como existen en otros departamentos con menores recursos en sus suelos, habría vigilancia para evitar la ilegalidad; habría apoyo a los pequeños mineros hoy víctimas de las empresas multinacionales; se incrementarían las fuentes de empleo; habría control para evitar la contaminación, la evasión y el ocultamiento; habría mayores ingresos financieros para la región; y se auspiciaría la explotación de recursos que hoy no son aprovechados como los del uranio, el cobre, el plomo, la plata y el manganeso.
Sin necesidad de aumentar los gastos en burocracia, apenas eliminando algunos despachos inútiles que existen hoy, sería factible crear a cambio la Secretaría de Minas manteniendo los mismos niveles de costos globales de funcionamiento en la gobernación de Santander.
Ojalá el gobernador y los diputados admitan esta realidad y actúen en consecuencia.
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