Sin lugar a dudas, Zapatoca se ha convertido en los últimos años en un destino turístico muy seductor por los múltiples atractivos que posee, los cuales la enmarcan como una población sin igual, por encima de las zonas que históricamente atraían a los visitantes en Santander.
Los espectaculares miradores en la cima de las montañas, las cascadas naturales, los caminos reales, el clima de seda, la gastronomía criolla, los buenos hoteles y restaurantes, los museos, los paisajes, la cultura, la arquitectura, la amabilidad de su gente, la tranquilidad, su proximidad con Bucaramanga, la cueva del Nitro, los vinos que acá se destilan, las artesanías en pauche, la seguridad, los bordados, etc., han elevado a Zapatoca a un sitial de preferencia a la hora de escoger hacia dónde viajar en plan de descanso, de contemplación, de aventura o de recreación.
Los zapatocas, en su gran mayoría, hoy viven del turismo. Los dividendos que produce este renglón de la economía han permitido elevar el nivel de vida de los habitantes, en un municipio carente de industrias y de empresas generadoras de empleo y de riqueza.
LO QUE HACE FALTA
Pero todavía existen lunares que atentan contra el turismo y que la actual administración municipal no ha querido atender.
Hay que capacitar a todos los empleados que tienen relación con el turismo dado que en algunos establecimientos brindan muy mal trato a los visitantes; evitar los abusos con precios y tarifas; diseñar nuevos puntos de atracción y recreación; reparar las calles que presentan pésimas condiciones; aplicar el Código de Tránsito; mejorar el servicio de agua potable que últimamente ha registrado constantes y prolongados cortes; arreglar las vías de acceso a los sitios turísticos; y adelantar gestiones para mejorar la carretera hacia Bucaramanga desde el punto llamado la Virgen hacia el Mirador de Buenos Aires y en el sector de Chocoa.
La Alcaldía y el Concejo Municipal podrían aprobar un Acuerdo fijando estímulos tributarios por varios años a los empresarios privados a efecto de que fortalezcan sus inversiones en la infraestructura turística para que, por ejemplo, monten un cable-vuelo a partir del Mirador Yariguíes hacia el Pozo del Ahogado o hacia las cascadas de la Lajita.
Crear una empresa de transporte turístico propia de los zapatocas que haga más confortables los desplazamientos hacia Bucaramanga y otras ciudades. La parroquia podría montar un nicho religioso en los alrededores de la Cueva del Nitro, al estilo del que existe en el municipio del Páramo con la Virgen de la Salud.
Hay que orientar y capacitar a los artesanos locales para que, además de unos cuantos bordados, exploren otras formas y otros materiales. Hay que motivar a los visitantes para que compren en la casa de mercado donde están los productos de nuestros campesinos y donde existen buenos puntos de comidas.
Zapatoca no cuenta con parques recreacionales adecuados ni para la niñez ni para los adultos mayores. Lo que existe en lo que llaman «polideportivo» no es mayor cosa. En los grupos turísticos siempre vienen niños y viejos que se ven obligados a quedarse en el parque principal donde no hay nada qué hacer. Para los turistas aventureros se debe montar en los alrededores del pueblo una zona de camping con infraestructura de servicios públicos esenciales. En el parque central del pueblo debe existir un Centro de Información Turística que busque y oriente a los visitantes.
Zapatoca ya cuenta con un museo precolombino, pero hay que adicionarle un museo de antigüedades en el que se reflejen y se revivan los usos y costumbres de nuestros antepasados.
La fuente de desarrollo, de riqueza y de empleo en Zapatoca es el turismo y para sostenerla se requiere una atención urgente y prioritaria por parte de las autoridades, especialmente de la alcaldía que hasta el momento ha estado ausente.
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