Los salarios, primas y demás gabelas que reciben los 280 congresistas de Colombia son de los más altos del mundo por sesionar apenas ocho de los doce meses del año.
Se trata de una aberrante injusticia frente a los ingresos de los demás trabajadores del país donde el salario mínimo está por debajo del millón de pesos mensuales, al tiempo que constituye un desangre de las pobres finanzas de la nación.
Hoy en Colombia un congresista, sea Senador o Representante a la Cámara, gana mensualmente más de 34 millones de pesos, ($34’417.000). Además, cada uno recibe más de 43 millones de pesos mensuales, ($43’890.150) para que contrate asesores a través de las llamadas “unidades de trabajo legislativo”.
A este valor se le deben añadir cerca de 20 millones de pesos mensuales de gastos de representación y casi 15 millones de pesos mensuales de prima de servicios especiales.
Para los representantes y senadores que viven fuera de Bogotá, hay que pagarles tiquetes aéreos de ida y vuelta semanales si es un destino nacional, y dos tiquetes mensuales si representan a una jurisdicción internacional.
Además, los congresistas reciben las primas de navidad y de vacaciones que se calculan sobre su salario. También reciben el pago de viáticos y tiquetes aéreos si se desplazan a sesionar a otro lugar del país o del exterior; el pago de sus líneas celulares; el pago de la gasolina para los vehículos que les asigna el mismo Congreso para su transporte y protección, cuya manutención asume la corporación por un valor superior a 10 millones de pesos mensuales.
También a los congresistas hay que cubrirles el pago de salarios a los conductores y guardaespaldas que les sean asignados.
– Alquiler de camioneta blindada:11 millones de pesos mensuales, si solo tiene una. Algunos tienen dos camionetas asignadas, lo que duplica este pago.
– Tiquetes aéreos:alrededor de 5 millones de pesos mensuales.
– Seguro de vida: Todos los congresistas están amparados por un seguro de vida que le cuesta a los colombianos mil 245 millones de pesos anuales.
Si ese costo mensual se multiplica por 280 congresistas, que es el número de legisladores, el costo al mes en total de gastos es de cerca de 30 mil millones de pesos, sin incluir las primas que por ley se les deben pagar en junio y en diciembre.
Pero además a esas cifras hay que agregarles los salarios de todo el personal administrativo y de servicios varios del Congreso, celadurías, servicios públicos, oficinas, mobiliario y mantenimiento.
Actualmente los congresistas sesionan solo dos períodos al año: desde el 16 de marzo hasta el 20 de junio y desde el 20 de julio hasta el 16 de diciembre. Es decir, cuentan con cuatro meses de vacaciones o de receso legislativo que son pagados como si los estuviesen trabajando.
Algunos congresistas, con ánimo apenas publicitario, han presentado proyectos para congelar sus salarios y para reducir sus cuatro meses de vacaciones, pero todas estas iniciativas han fracasado.