Por Héctor Gómez Kabariq
El confinamiento al que estamos sometidos todos los pueblos a raíz de la aparición del coronavirus es una destructora medida de tipo medieval que solo demuestra la ineptitud de los gobiernos para hacer frente a una enfermedad.
Esa ineptitud trajo consigo la quiebra de miles de empresas, el desempleo para millones de personas, un exponencial aumento de las enfermedades mentales y también una baja en las defensas del cuerpo debida precisamente a ese aislamiento obligatorio.
Vamos al caso de Colombia.
Hoy en este país se han detectado 17 mil personas con Covid19, se han recuperado cuatro mil y han muerto 600. Las demás están en recuperación. La mayoría de los contagiados se está recuperando en sus propias casas. Y frente a esos 17 mil enfermos, hay casi 50 millones de personas encarceladas en sus viviendas por orden del gobierno. Han quebrado miles de empresas, hay millones de desempleados y hay millones aguantando hambre.
En el caso del departamento de Santander : se han detectado 50 personas enfermas y han fallecido tres. Y frente a esos 50 enfermos, hay más de dos millones de personas encarceladas en sus viviendas por orden del gobierno. En este departamento han quebrado miles de empresas, hay centenares de miles de desempleados y hay centenares de miles aguantando hambre.
Cuando hace algunos años aparecieron otras gripas que también pueden causar la muerte, (el Covid19 es una gripa), no hubo cuarentenas ni confinamientos ni toques de queda y la gente tuvo que acostumbrarse a convivir con ellas.
Ni siquiera cuando apareció el sarampión hubo esta clase de confinamientos catastróficos sin que aún se hubiese descubierto la vacuna.
Pero ahora la respuesta del gobierno es la casa por cárcel.
Me afana la noticia que acaba de publicarse en algunos medios sobre la aparición de un caso de la enfermedad de Kawasaki en Santander. Seguramente ahora cuando por fin termine el confinamiento por el coronavirus, nos meterán otra vez a la casa por cárcel como medida del gobierno para hacerle frente a la enfermedad de kawasaki.
En Colombia cada día venían muriendo numerosos colombianos por enfermedades asociadas a las gripas. Como lo han dicho algunos médicos, el problema no es el virus en sí, sino las condiciones de otras enfermedades preexistentes que padecían los ahora contagiados por esta gripa.
El coronavirus no ha desaparecido ni va a desaparecer en muchos años. ¿ Será que debemos permanecer encarcelados todos esos años ?. Es cuestión de acostumbrarnos a convivir con esa enfermedad como nos hemos acostumbrado a convivir con las otras gripas.
Son tan ciertas estas afirmaciones que, sin que haya desaparecido el mal, sin que exista vacuna y sin que exista un remedio, el gobierno ya está empezando a normalizar las actividades comerciales e industriales y en poco tiempo comenzará el proceso de normalización para las actividades académicas, las religiosas y las sociales. El mundo tendrá que volver a trabajar, a viajar, a estudiar, a bailar, etc., sin que el coronavirus haya desaparecido.
Claro, en esa normalización habrá que mantener cuidados como el uso del tapabocas, el lavado frecuente de manos, el distanciamiento prudencial de una persona a otra, etc., pero todo tendrá que regresar a la normalidad laboral, académica, religiosa y social. Seguramente seguirán aumentando los contagios. Muchos, sobre todo los viejos, estaremos expuestos. Pero tener coronavirus no significa estar condenado a muerte. Es cuestión de atención médica y cuidado personal como se hace con las demás gripas.
La actual situación de casa por cárcel ya no la aguanta nadie. Quebró la economía, quebraron las empresas, millones de desempleados, la gente aguantando hambre.
Y los políticos y gobernantes felices haciendo chanchullos con miles de millones de pesos bajo la careta de que son gastos para afrontar el coronavirus.
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