El mejor regalo que podemos ofrecer en esta Navidad a nuestros familiares y seres queridos es no exponerlos al riesgo de un contagio de COVID-19.
Para aumentar la posibilidad de reencontrarnos prontamente, la recomendación es celebrar estas fechas especiales exclusivamente con el núcleo más cercano e íntimo, ese mismo con el que hemos convivido en las últimas semanas. El comportamiento responsable de todos en este momento es fundamental.
Los hospitales tienen ocupaciones por encima del 85% y la presencia de enfermos con COVID-19, que había descendido en forma importante en noviembre, aumentó nuevamente, al punto de duplicarse en los últimos ocho días. De continuar esta tendencia, es posible que no haya disponibilidad de camas cuando se requieran.
Adicionalmente, después de nueve meses, los equipos de salud están cansados, desmotivados y desilusionados. Ya comienzan a oírse voces de válidos reclamos en el sentido de que no es justo arriesgar sus vidas para cuidar una sociedad que irresponsablemente asiste a fiestas y celebraciones, dejando a un lado las normas básicas de seguridad.
Todos los días se conocen casos de médicos, enfermeras y personal de salud que muere por el virus adquirido en cumplimiento de sus funciones.
Debemos tomar conciencia del riesgo al que nos sometemos y sometemos a nuestras familias, amigos y personal de salud cuando se decide no acatar las recomendaciones ya divulgadas ampliamente desde el inicio de la pandemia.
En un momento en el que es claro que solo hasta el segundo semestre del 2021 tendremos las suficientes vacunas en el país para modificar el comportamiento de la pandemia, es clave cambiar las conductas erróneas para buscar el bien de todos. Los invito a aprovechar estos días de recogimiento para agradecer por la vida y la salud. Feliz Navidad para todos.
Esquirla:
No quiero dejar de referirme a la grabación revelada por el periódico El Tiempo que deja algunas dudas sobre el representante a la Cámara Juan Carlos Reinales, conocido por promover duros debates en la Comisión Séptima contra el superintendente de Salud, Fabio Aristizábal, por la suspensión de los servicios de la EPS Medimás en cuatro departamentos.
En el audio se escucha a Reinales presionar al gerente de la EPS Asmet Salud, Gustavo Aguilar, para realizar contratos con algunas IPS de Risaralda. Esta presunta intención non sancta sumada a otras malas noticias como el fallo de tutela que ordenó reversar la medida de la Superintendencia de Salud contra Medimás, poniendo en riego a más de 700.000 afiliados que ya fueron trasladados a otras EPS son muestras de las dificultades que se tienen en el manejo del sistema de salud. Flaco favor hacen algunos actores de la justicia con estos absurdos fallos que van en contra de las decisiones sustentadas y justificadas por el Gobierno.