Hasta hace apenas un par de años, Zapatoca era un pueblo donde se respetaba la ley y donde la disciplina y las buenas costumbres imperaban. No sólo por la formación de sus habitantes, sino además porque las autoridades cumplían sus obligaciones.
Esos buenos tiempos han pasado rápidamente a la historia y hoy en la “ciudad del clima de seda” lo que impera es la anarquía. Se puede hacer lo que se dé la gana y nadie dice nada.
Veamos :
Como no existe autoridad de tránsito, no se respetan las normas pertinentes. En Zapatoca no es obligatorio poseer licencia de conducción para manejar cualquier vehículo; se puede conducir en estado de embriaguez; no es obligatorio tener Soat ni revisado mecánico; hasta los niños manejan; se puede conducir en contravía y se pueden omitir los pares; se pueden bloquear las vías; se puede parquear donde se desee; no hay control de velocidad; en una motocicleta pueden ir tres y cuatro personas, todas sin casco; etc.
Como las autoridades nunca adelantan requisas ni piden documentos, se puede portar toda clase de armas y puede haber lugar a que deambulen tranquilamente personas con problemas judiciales; con total libertad se pueden portar y consumir estupefacientes; se pueden armar escandalosas parrandas etílicas en parques y calles, y aún frente a la alcaldía; etc.
De cara a la pandemia del covid19, en Zapatoca no es obligatorio usar el tapabocas ni mantener distanciamientos; en ninguna parte exigen carnés de vacunación; en algunos establecimientos públicos como almacenes, restaurantes, tiendas y casa de mercado, tanto empleados como clientes pueden permanecer sin tapabocas; lo mismo en los parques y en las calles; en diciembre pasado hubo aglomeraciones públicas y hasta un populoso desfile callejero; las restricciones de los aforos no se aplican; etc.
No existe control de precios; tampoco se controla la calidad y vigencia de los productos; a los visitantes se les permite cometer toda clase de desafueros; ya se están practicando piques en motocicletas; en los sitios turísticos no hay vigilancia ni seguridad; el uso indebido de la pólvora está permitido; etc.
Es decir, en solo un par de años Zapatoca se descuadernó. En este pueblo hoy no se aplican las leyes. Todo lo anterior, permitido por la alcaldía municipal que no ejerce autoridad ni aplica controles de ninguna clase.
Puede afirmarse sin lugar a equívocos que quien desee hacer lo que le dé la gana, puede vivir tranquilamente en Zapatoca. Los tiempos del orden y la disciplina pasaron a la historia. Bajo el actual desgobierno municipal se pasó del orden a la anarquía.
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